Gentil Lord Balrog:
Vuestras corteses y galantes palabras han logrado cubrir de carmín mis mejillas, y coronar de sonrisas mis labios. Permitid, os lo suplico, que incline la rodilla en tierra, pues no he de permanecer en pié sin rendir el tributo debido a vuestra alcurnia y a vuestra sapiencia.
Habéis llenado de gozo el corazón de aquesta viajera, y vuestro mero recuerdo no hará fatigosa la espera. Quizás algún día me narréis vuestras marciales hazañas, o tal vez sea yo misma quien os ponga a prueba. Hasta ese momento, poderoso Lord Balrog... añadid mi simpatía a vuestras conquistas certeras.
Barrocos besos en vuestro cuello
Sefrenia.